Este plato era típico comerlo en casa de mis padres el Jueves Santo, y yo he seguido la tradición.
No lo preparo en la olla rápida, por lo que tardan unas tres horas, haciendo "chup, chup".
Aunque es un plato bastante calórico, tiene muchas vitaminas y mucha fibra en los garbanzos, y en las espinacas.
Ingredientes:
300 g.de garbanzos
600 g.de espinacas frescas
500 g. de bacalao
2 huevos duros
2 cebollas
1 zanahoria
2 tomates maduros
1 hoja de laurel
1 diente de ajo
1 tacita de aceite
1 clavo de especie
1 cucharadita de pimentón
1 rebanada de pan
30 gr.de almendra
sal
2 litros de agua
Elaboración:
- Poner en remojo los garbanzos en agua con bicarbonato la noche anterior.
- Calentar 2 l.de agua, al hervir, echar los garbanzos, el bacalao lavado y desmenuzado (yo compro unos paquetes congelados en Mercadona), la zanahoria, la cebolla pinchada con el clavo, y el laurel.
- Al hervir, tapar y bajar el fuego, sin para la ebullición.
- Mientras hierven los garbanzos, hay que ir quitándoles la espuma.
- Lavar las espinacas, y añadirlas a la olla.
- Freír el pan con en una sartén con el aceite bien caliente. Retirarlo cuando este dorado, y reservar.
- Picar la otra cebolla y sofreirla en la sartén,añadir la cucharadita de pimentón y los dos tomates pelados y cortados en dados. Dejar evaporar.
- Cuando estén cocidos los garbanzos, retirar la cebolla y la zanahoria, picarlas junto con los huevos duros el pan, el ajo, y las almendras. Añadirlo a la sartén y rehogarlos durante unos minutos.
- Verter todo el sofrito en la olla, y cocer otros 15 minutos, si es necesario añadir un poco de caldo, tiene que quedar caldoso.
- Si queremos que el caldo sea más espeso, suelo sacar un cucharón de los garbanzos, y los "aplasto", en el mortero con un poquito de su caldo, que después vierto en la cazuela, y lo integro al potaje.
Bon profit!!