Ya sé que todo el mundo tiene sus torrijas, pero yo aún no he publicado las mías, y si quiero que mi archivo este actualizado, no pueden faltar, aunque hacía muchos años, que siempre las hacia con leche, y como los que teníamos que comer podíamos tomar alcohol, pues ahí están, por si no habíamos comido poco dulce estos días..., pero claro me habría sobrado pan, y no se podía tirar.
Ingredientes:
1 barra de pan del día anterior
1/2 l.de un buen vino blanco
2 huevos
azúcar
canela
aceite de girasol
Elaboración:
- Cortar en diagonal la barra en rebanadas de 1 1/2 cm.
- Calentar en un cazo el vino, para disolver en él cinco cucharadas de azúcar.
- Cuando el azúcar este bien disuelto, remojar las rebanadas por las dos caras, y dejar en un plato para que suelte el exceso de vino.
- Calentar en una sartén, el sufiente aceite de girasol para que cubra las torrijas(el de oliva es demasiado fuerte, y podría variar el sabor).
- Batir los huevos y pasar las rebanadas ya escurridas por ambas caras.
- Freir hasta que se doren por ambas caras , y dejarlas sobre papel absorbente.
- Rebozar por azúcar, que previamente le habremos mezclado un poco de canela.