Si habéis leído mi perfil, una de mis hijas está estudiando Técnico en Cocina en la Escuela de Hostelería de las Islas Baleares en Mallorca, y este verano ha hecho sus primeras practicas en un prestigioso restaurante de Palma, el Bahía Mediterráneo.
Ha aprendido mucho en estos dos meses, pero desde el principio, el bogavante, ha sido un símbolo representativo en su día a día, por la gran cantidad de estos "animalitos" que han pasado por sus manos.
Para despedirse tenía quería llevar una tarta para compartir, y a pesar que era un poco reacia, por lo que iba a suponer presentarse con semejante bogavante, después, fue muy divertido, mientras se preparaba.
El bizcocho era un brownie de chocolate, bañado con almíbar de chocolate, y relleno de ganache de chocolate.
Con estas pintas no parecía que llegará a ser un gigantesco bogavante, las dudas que siempre se tienen cuando se empieza un tarta de este tipo, pero fue tomando forma, y al final se reconocía.