Los champiñones, protagonistas en nuestra cocina mediterránea, llenos de nutrientes, perfectos para mantener el peso, porque sacian sin engordar, aportan poquísimas calorías, combinandolos con carne, pescado, pasta y hasta para añadir a insuperables guisos.
Como comentaba en mi anterior entrada "de los pots-its mentales" que tenemos cuando se organizan los menús semanales, los champiñones no podemos tenerlos varios días en la nevera esperando su turno, si los dejamos en las bandejas, hay que retirarles el plástico y "taparlos" con papel de cocina para que puedan respirar y evitar que les salga moho, si los cortamos hay que rociarlos con zumo de limón para que no se oscurezcan, por lo que es mejor consumirlos cuanto antes, o como yo hago en ocasiones, marinarlos, no necesitan cocción, cuando llego de la compra, si no están muy sucios, los paso un paño húmedo para retirar cualquier resto de suciedad, recorto los pies, si son muy grandes los corto a cuartos y sigo la receta que a continuación os propongo para hechar mano, en un momento, de una guarnición o aperitivo nutritivo.
Ingredientes:
500 gr. champiñones
125 ml. de aceite de oliva
125 ml. de vinagre de vino blanco
3 dientes de ajo picados
2 cucharadas de perejil fresco picado
2 cuchaditas de guindilla picada
1 cucharadita de azúcar
sal y pimienta
Elaboración:
- Limpiar los champiñones con un paño húmedo y cortar un poco del tallo. Ponerlos en un bol que podamos tapar, y reservar.
- Mezclar aceite de oliva, vinagre, ajo, perejil, guindilla, azúcar, sal y pimienta en un tarro de cristal con tapa de rosca y agitarlo bien.
- Verter la marinada sobre los champiñones y mezclarlo bien. Taparlo y refrigerarlo un mínimo de 1 hora. Se pueden marinar los champiñones con un máximo de dos días de antelación, en función de la intensidad del sabor que se desee. Durante la marinada ir dando la vuelta a los champiñones.
- Servir los champiñones a temperatura ambiente, como parte de una fuente para entremeses o como guarnición.
María.
