Me cuesta mucho conseguir una receta de mi parte extremeña, me refiero a las que se cocinan en casa de mis padres a diario. Primero me gusta tener la receta clara, y después, ya si se quiere, se versiona, pero nos conocemos el tema, el pan que tengas del día anterior, el agua que tu veas, uff..., así que decidir estar en el paso a paso, con papel y camara en mano.
Ahora es mi padre que hace las migas en casa, mi madre tiene bastante artrosis en las manos, y le cuesta rebanar el pan, así que mi cocinero particular de las migas extremeñas fue mi padre, aunque mi madre estaba cerca para poner "su punto".
Cuenta, que las migas de gañanes o de pastor en sus tiempos mozos, se las llevaban los pastores para comer en el chozo, o se tomaban para desayunar, los hombres se iban a trabajar al campo y necesitaban ir con las energias a tope y -la barriga llena, jajaja, (esto es de mi cosecha), mira que a mi me gusta desayunar bien, pero unas migas, no sé yo... se acompañaban con naranjas y aceitunas que era lo que más abundaba.
Ingredientes:
un pan blanco de 2kg. de dos días
1/2 l. de agua
1 vaso de aceite
1 cabeza de ajo, pelados y laminados
300 gr.de panceta troceada (la versión original tocino de cerdo)
1 chorizo troceado (opcional, sino lo ponemos, añadir un poco de pimienton dulce)
* se suelen comer acompañadas con sardinas, uvas. A mi particularmente me gustan sin acompañamiento.
El pan hay que rebanarlo el día anterior. Os dejo un pequeño video de como lo hace mi padre.
Elaboración:
- Calentar el aceite, sofreír la panceta y el chorizo, sacarlo y reservar.
- Sofreír los ajos, cuidado que se queman enseguida, sacarlos y reservar.
- Freír los pimientos, sacarlos y reservar.
- Verter la mitad de las migas, bañar con un poco de agua y darle unas vueltas, añadir el resto de pan, salar, volver a bañar con agua, dar unas vueltas y así hasta que estén doradas y sueltas.
- Retirar del fuego la sartén y con la espumadera ir picando las migas, se puede pasar hasta media hora en la operación de picado.
- Añadir la panceta, chorizo y los ajos, acercar de nuevo al fuego e integrar los ingredientes dándoles unas vueltas.
Me encantan, no me podía resistir.
Al día siguiente si han sobrado a mis padres les gusta con un poco de leche.
Es una pena pero a ninguna de las nietas les gustan, y se pasaron bromeando todo el tiempo.
María.