De ante mano tengo que decir, que ni me gusta, ni voy a los cementerios, de pequeña mi madre el día de todos los Santos, nos llevaba de ruta, no tenemos a nadie aquí en Palma, todos están en la tierra natal de mis padres, Extremadura, pero nos contaba que es una manera de sentirse cerca de los suyos, yo no lo entendía muy bien. El caso que en cuanto pude dejé de asistir y me escaqueé de esa excursión.
Varios años lleva mi marido queriendo hacer esta ruta "Cementerí a la Nit" y yo voy pasando con canciones, y -dale con que es historia! y -menos de noche! Soy una bocazas, al final fui yo la que mando la inscripción y el pasado fin de semana, por si no tuve bastante con mi finde de trabajo monstruoso, el viernes a las 22,30 nos plantamos en la puerta del Cementerio de Palma para hacer esta passetjada nocturna, entre arquitectura, cultura, sensaciones y emociones, dirigida por Carlos Garrido, que nos adentró en un museo de historia y arte, con lecturas, iluminación y música a cargo de Mariona Forteza.
Confirmo lo que nos comentó al inicio del recorrido C.Garrido, que durante sus tres años de visita casi diaria, nunca se encontró, con momias, espectros, fantasmas.... aunque si con gente muy rara que incluso habitaba en el cementerio, nosotros tampoco vimos ni una cosa, ni la otra, menos mal!.
Con un poco de "no me separo ni un grado del grupo" sin darme cuenta cambió mi concepto de la visita y fui relajándome. Descubrí el porque de tantos pliegues y arrugas en las vestimentas de los Angeles o mujeres que se alzan presidiendo las tumbas, de que al principio la Iglesia no estaba de acuerdo en enterrar a la gente tan lejos de sus edificios, y llenaban los ataúdes con piedras mientras el verdadero cuerpo seguía enterrándose en las Iglesias.
Dirigidos por nuestra particular "Psicopompa" (Psicopompo, palabra griega, que según la mitología o religiones son los guías que conducen las almas de los difuntos hacía el mas allá, normalmente estaban representadas por los delfines en el mar o por los caballos en la tierra), descubrimos que tuvo que ver Juan March con el ensanche del Cementerio y llegamos a la terraza del cementerio con vistas "a las cosas de la guerra", a la fosa común y al muro donde tuvieron lugar los fusilamientos durante la guerra civil, entre ellos el del Alcalde Emili Darder y el sacerdote Jeroni Alomar Poquet, terminando en este punto con la lectura de sus últimas palabras.
Foto: Martí Sastre www.carlosgarridoescenic.com |
Con la iluminación que nos ofrecía la linterna de nuestra "psicopompa" llegamos a la entrada de las catacumbas, (aquí a pesar de haber cambiado el concepto de la visita) me volvió a invadir el -me quedo fuera, pero reaccioné enseguida -"ni muerta" me quedo esperando que salgan todos. No me acompañó el comentario de C. Garrido que sinos habiamos fijado con los gatos que estaban en el Cementerio, se dice que los gatos van donde hay energía positiva, pues en las catacumbas nunca había visto ni uno (vaya lo que me faltaba a mi año, energía negativa :), la passetjada por estas tumbas construidas para enterrar a los fallecidos por la pandemia de la gripe del siglo pasado no fue para tanto (me refiero a mis miedos/temores).
Después de mas de una hora y media de recorrido, donde no se visitan tumbas de "personajes", no siendo un recorrido con morbo, sino un recorrido por un "Museo al aire libre", acabamos mirando hacía arriba, viendo como se alzan las cruces, ángeles, cipreses... bajo el canto de Mariona Forteza, "Quan jo mori", ¿que pasa el día después de morir?
Foto: Martí Sastre www.calosgarridoescenic.com |
No es nuestra primera passetjada con C.Garrido, en la primera "nos perdimos en Cabrera", que con nuestro mar Mediterráneo de fondo las vistas eran mas relajantes, pero igualmente os animo a adentraros a este "viaje a un mundo diferente" y os dejo el enlace aquí por si os animáis.
Lo próximo receta seguro :)